Friday, December 18, 2015

Manuel Díaz Martínez vs. Nicolás Guillén

Para comenzar estas líneas de respuesta, diremos que aquel nuestro artículo, como se puede deducir de su título, es sobre Miguel Hernández, no sobre Nicolás Guillén.
   Y, ahora, las respuestas a las cuatro objeciones que nos hace N.G.
   PRIMERA.- Es de común conocimiento que, al Segundo Congreso por la Defensa de la Cultura, efectuado en Valencia en 1937, asistió una delegación cubana, compuesta por destacados representantes de nuestras letras, entre los cuales estaba el compañero N.G. En nuestro artículo sobre Miguel Hernández, tan sólo mencionamos dicho Congreso y no entramos en detalles -como hicimos con muchísimos aspectos más de la biografía de Miguel-, porque el espacio con que contábamos no nos permitía detenernos en abundamientos.
   SEGUNDA.- En nuestro citado artículo hablamos de la amistad de Miguel con Pablo Neruda y Vicente Aleixandre. Naturalmente, el único poeta extranjero a que nos referimos es Neruda, el cual, incluso, hizo gestiones continuadas y apasionadas para salvar a Miguel de las zarpas del fascismo (y esto no lo pusimos para no alargar nuestra semblanza migueliana). No citamos a N.G. porque su amistad con Miguel no tuvo la profundidad ni la importancia de la de éste con Neruda.
   TERCERA.- Dice N.G.: “La revista “Mediodía” (julio 1937) publicó una extensa entrevista de Guillén (he aquí lo importante, decimos nosotros) con Miguel Hernández y Langston Hughes, en Valencia, una tarde. En esa entrevista, Miguel Hernández expuso su opinión acerca de la poesía revolucionaria y el papel del escritor frente al fascismo”. Bien, hasta aquí la cita de N.G. Y nosotros nos preguntamos: ¿Y qué? ¿Por qué N.G. no se queja también de que no mencionamos en nuestro artículo otros textos y entrevistas de Miguel? En la semblanza de Miguel Hernández, escrita en siete cuartillas y media, nos detuvimos sólo en aquellos detalles imprescindibles para dar un escueto panorama de la vida y la personalidad del gran poeta. Una entrevista, como la citada por N.G., no es un dato imprescindible para ese fin.
   CUARTA.- Por último N.G. nos trae a recuerdo el acto que, en la noche del 20 de enero de 1943, se le ofreció a Miguel Hernández en el Palacio Municipal de La Habana, con motivo de cumplirse un año de su muerte. En ese acto -tenemos el folleto que contiene los discursos y poemas que allí se dijeron- hicieron uso de la palabra Juan Marinello, Enrique Serpa, Juan Chabás, Ángel Augier, Portuondo, Carpentier, un tal Montiel y… N.G. (he aquí, de nuevo, lo importante).
   Guillén pregunta entonces: ¿Cómo y por qué callar esto? Pues lo callamos porque nuestro artículo finaliza con la muerte de Miguel y no era nuestro propósito alargarlo hasta el acto en que participó N.G.
   En sus “Pequeñeces”, N.G. habla de estas omisiones nuestras. Las llama “misterio”. Luego resuelve que se trata de “ignorancia pura y simple”. Muy bien, compañero N.G.: usted es la única persona en Cuba que conoce la vida de Miguel Hernández en todos sus detalles; después de todo, ¿no habló con él en Valencia?
   Pero hay más. Sigue diciendo N.G.: “Acaso D.M. tomó los datos para su trabajo del libro de Elvio Romero “Miguel Hernández, destino y poesía”, donde no se habla (ni hay por qué) de la delegación cubana al Congreso”. Es curioso: a N.G. le parece bien que, en un libro completo sobre Miguel Hernández, no se diga nada de la delegación cubana que asistió al Congreso de Valencia; sin embargo, le parece mal que ese dato no aparezca en un artículo de siete cuartillas y media.
   Bueno, hasta aquí nuestra respuesta. Ya hemos escrito bastante sobre las “Pequeñeces” de Nicolás Guillén.

(Pequeñeces de Guillén. Hoy, abril 1962)

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