Wednesday, September 9, 2015

Nivaria Tejeda vs. Guillermo Cabrera Infante

Recibo sus e-mails referentes al trabajo que preparan sobre GCI por si tengo alguna anécdota personal que pudiera referirles, dando por ejemplo la que mencionan y que considero una fabulación al estilo del bueno de Marré y su humor algo socarrón. A ver si se aclara este malentendido de las serpentinas anécdotas: mi relación con Guillermo se redujo al corto año que coincidimos en la entonces Escuela de Periodismo y fue más bien distante, dado su comportamiento machista que me resultaba particularmente desa­gradable. Tampoco existió la pertenencia a un mismo grupo (mi vía era la poética; la suya, periodística), por lo que nuestros encuentros muy esporádicos se reducían a uno de sus característicos sarcasmos que me lo hacían aún más antipático: “¿Sigues escribiendo poesía?” Convergimos más tarde en los puestos de agregados culturales que nos fueron confiados y también en el mo­mento de abandonarlos, yo primero y él después; pero tampoco hubo comunicación entre nosotros. Y en el terreno literario (ni qué decir), nuestras búsquedas se aproximan únicamente —y así lo ha considerado cierta crítica— en que mi novela Sonámbulo del sol describe la diurnidad habanera y él la nocturnidad.
   Así pues, que se deje de fabular alrededor de lo que Vallejo denomi­naba “la nonada”.

(Sobre los pasos del cronista. Elizabeth Mirabal, Carlos Velazco, Ediciones Unión, 2011)

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