Monday, July 20, 2015

Félix Luis Viera vs. la UNEAC y escritores oficialistas

Para ser justos, debemos considerar que no todos los escritores y artistas que hoy asisten a las asambleas de preparación y los que asistirán al Congreso, están informados de lo que sucede en su propia tierra, debido a la privación de información que padecen. Pero hay un notable grupo compuesto por las élites que sí están al tanto, por ejemplo, de que en Cuba se humilla, golpea y encarcela a un hombre o una mujer por decir lo que cualquiera comenta en voz alta en un país donde haya libertad promedio. Estos intelectuales y artistas, los que aun teniendo conocimiento de tal situación, más que callar aplauden y dicen venerar al castrismo, son los que no tienen perdón. No lo tendrán.
   Por otro lado, desde el primer lustro de la década de 1990, la Uneac fue masificada, “sabiamente”, por el Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Es decir, desde entonces su membresía ha crecido desmesuradamente al incorporar a creadores e intérpretes que aún se encontraban en proceso de consolidación de sus vocaciones o que jamás tendrían los reales méritos artísticos para formar parte de esta organización. A tal punto ha sido esta arribazón que uno puede hallar que en alguna pequeña provincia cubana hay registrados más escritores que en Londres. Estas personas, favorecidas por el crecimiento inclemente de la Uneac, es lógico que se sientan deudoras, toda vez que hoy disfrutan de ciertos derechos que las llevan a algunas bonanzas, y por tanto es de esperar que su reacción se vincule con la obediencia o al menos la anuencia. Otro aspecto que debemos considerar a la hora de evaluar el impacto que podría tener la Uneac para abogar por el decoro, la imparcialidad o lo que fuere de las artes y las letras, es que, al incluir en sus filas a exponentes de todas las disciplinas: radio, televisión, literatura, cine, música, artes escénicas, artes plásticas... pues simplemente en una reunión plenaria ha estado y estará muy diezmada eso que algunos llaman “reacción de clase”. Me explico: no tienen las mismas carencias un poeta que un locutor, o un pintor que un animador de televisión. De este modo, ha sido imposible, y lo será, echar adelante, si así se empeñaran algunos, reales conceptos que vayan por el camino de alcanzar verdaderos estadios de realización, libertad, conciliación y oposición al orden establecido.
   De manera que nadie espere que en el próximo Congreso de la Uneac se plantee algo que verdaderamente pueda cambiar, desde los cimientos, la situación de las artes y la literatura en Cuba. No habrá ninguna propuesta para erradicar la censura, incorporar a la cultura cubana a los creadores exiliados o alguna pregunta sobre si es cierto o no que a las Damas de Blanco se les golpea por manifestarse pacíficamente llevando en alto un gladiolo. No será así. Por el contrario, desde allá nos llegará la sensación de que todo anda perfecto en la cultura, las artes y la literatura cubanas. Nos llegará esa sensación de que en las colinas del ya alcanzado comunismo cubano, ellos, los artistas e intelectuales residentes en la Isla, junto a todo el pueblo, tocan sus flautines y danzan seráficamente.

(La UNEAC se prepara para celebrar su VIII Congreso. Cubaencuentro. marzo 2014)

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