Creo que, después de haber
escrito 8235 poemas "tolerables" (8235 poemas sometidos a la más
rigurosa corrección, y por ello, salvables) y de haber llevado esa singular
contabilidad, por fin aparece un filo creíble en la escritura de José Kozer: su
agresividad contra los coros retóricos. Nosotros, acostumbrados a largas y
detalladas descripciones de su envejecimiento (cada ventosidad suya, cada nueva
pústula y dolencia) y de su atareado maniobrar doméstico, he aquí nos
encontramos un hombre que ataca las "efusiones triviales" con una
energía que nunca habíamos encontrado en 8235 intentos anteriores. Sincero e
irascible, con 70 años cumplidos, Kozer ha logrado que olvidemos a Lezama por
un instante para recordarnos que su propia candidatura al canon tendrá un carácter
acumulativo (el título del artículo incluye las palabras "medir" y
"balanza", tan caras a su pupila de administrador); y además, que no
se dejará abatir por reproches ni omisiones: él es un poeta que sí sabe de
densidades y facturas. Lo felicito, pues nunca me había percatado de tanta
vitalidad en su expresión. De modo que, si vive hasta los 80, ya puedo irme
preparando para esos 2160 nuevos poemas, en los que seguramente no
encontraremos caídas sentimentales ni nada que no sea puro rigor y ascetismo
lírico.
(Comentario publicado en la
red, 2010)
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