Richard Blanco es poeta desde hace dos o cuatro años, así lo declaró en varias entrevistas, o sea que empezó tarde y morón en la poesía. Cuando oigo a alguien afirmar que se ha convertido en poeta o en escritor, pero sobre todo en poeta, a edades tan tardías, recuerdo inevitablemente las palabras de una escritora que, como buena hija de un general mambí, jamás claudicó ante el castrismo ni ante nadie, Dulce María Loynaz, Premio Cervantes, cuando recalcaba que empezar a escribir poesía con más de treinta años era de una obscenidad insoportable, que la poesía se escribe de joven, o no se escribe. Pero ya ni siquiera ser joven significa lo que significaba antes, cuando todavía existía la poesía.
El caso es que nos ha surgido un poeta cubanoamericano, quien por sus propias palabras fue “fabricado en Cuba, ensamblado en España, e importado a Estados Unidos”. Se crió con su madre y junto a una abuela que “hubiera preferido tener a una nieta puta que a un nieto maricón”, también con sus mismas palabras dichas a un periódico español y no en la sala de su casa. Cuando yo ‘escucho’ (perdón Fernando Vallejo, pero el “escucho” era necesario aquí) alardear en tan repetidas ocasiones a alguien en público de que es maricón, pues una de dos, o no lo es tanto, o se está avergonzando de serlo y trata de reafirmarlo de manera zoqueta, o es un vulgar, un soez. Reinaldo Arenas no decía que era maricón, lo era y punto, para poner un ejemplo. Yo suelo ser muy maricona, y muy puta (cada vez menos, lo que es una lástima), y no lo digo, lo soy y punto. En mi literatura soy muy puta, muy mujer y muy hombre, comme il se doit. En la vida real muy maricona.
Pues Richard Blanco, poeta desde hace dos o cuatro años, con 44 años de edad, no para de soltar a los cuatro vientos que él es maricón, y todo se mueve alrededor de su mariconería. Pues al parecer, fue elegido para leer un extenso poema en la juramentación del presidente Barack Obama, no porque es cubano, no, sino porque es hispano, y tampoco porque sea poeta, eso no importa tanto puesto que su obra es desconocida hasta ahora, sino porque es un poeta maricón, es más, quito el poeta, ha sido elegido porque es un hispano maricón. Los clichés no son míos, son de los que lo eligieron. Aunque no solamente lo eligieron por esas nimias razones.
(La grandeza de Reinaldo Arenas, la vulgaridad de Richard Blanco, Blog Zoé Valdés, enero 2013)
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