Monday, December 22, 2014

Om Ulloa vs. José Martí

Y ahora me atrevo a deciros, con toda mi irreverencia yanqui, que Martí, ese dios poético cubano, fue un gran comemierda, el pobre, cubanamente hablando, a pesar de escribir más o menos bien, a pesar de estar en todas las antologías, a pesar de haber regresado para que lo tumbaran del caballo. A pesar de ser cubano. O Cubano, si quieren, con mayúscula. Esencia “de lo cubano”, para muchos.
   Cometo la gran blasfemia y digo que a pesar de sus berrinches patrióticos, sus panfletos, su bigote exagerado tanto como las barbas perennes de nuestra era heroica, Martí fue un comemierda más, como todos nosotros cubanos varios, debatiendo hoy como ayer, queriendo ser apóstoles, poetas, libertadores, héroes, siendo sólo carne y hueso, carne de cañón, desplomados versos sencillos. Nosotros los cubanos, que somos sólo fragmentos del exagerado épico “de lo cubano”, sólo versos mal compuestos de un poemita en prosa —eso sí, bien musicalizado y geográficamente mal ubicado. Y de ese poema somos el coro, “cubanos”, la palabra trisílaba que aún espera definición, waiting for us to name it together…

(De lo cubano, Blog Penúltimos Días, enero 2013)

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