Mucha metatranca. Es la mejor manera de definir el pensamiento intelectual
del Hombre Nuevo Cubano. La literatura ha desaparecido en la isla, como se
sabe, no hablemos ya del pensamiento intelectual. No hay literatura sin
libertad y no hay pensamiento intelectual sin libertad. ¿Se escribe en Cuba
para las gavetas, como en mis tiempos? No lo sé. Si se hace, naturalmente,
habrá que evaluar lo escrito cuando salga a la luz. La literatura de gaveta
produjo en Cuba obras maestras en los setenta sólo hay que mencionar Otra vez el mar.
Pero de lo que quería hablar era de la metatranca. Que ha infectado la
literatura cubana sobre todo la ensayística. Es fácil identificar a los
escritores cubanos infectados de metatranca: no pueden escribir un párrafo sin
citar a diez filósofos o usar veinte veces la palabra postmoderno, que como
todos sabemos no quiere decir nada. Es difícil encontrar algo escrito por
cubanos educados castristamente, libre de metatranca. La metatranca es el sello
de identidad de la intelectualidad cubana si tal cosa existe.
Lo mejor de la metatranca es, por supuesto, la palabra metatranca, formada
por la unión de las palabras metafísica y tranca. Esta última palabra en la
pavorosa quiere decir paliza, madero con el que se atrancan las puertas y
genital masculino, entre otras cosas. Unida a metafísica, adquiere el
significado de verborrea petulante e intragable.
El chimpancé pavoroso es bruto, cobarde y vulgar, pero no se puede dejar
de reconocer que a veces es ingenioso, como prueba la palabra metatranca.
(Blog Emanaciones, enero 2016)
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