(...) la Asociación y Revista Encuentro, los que más ayudas económicas han recibido en la historia del exilio y de sus publicaciones, y los que más han conseguido dividir al exilio, en lugar de “encontrarlos”. En verdad, ése siempre fue el propósito, desde sus inicios. Jesús Díaz apareció en el panorama del exilio para cavar huracos, como ya había hecho en Cuba, y le siguieron los secuaces de toda la vida y los sonsos también, hacia los predios de esa revista mediocrona tipo UNEAC, calcada, hoja a hoja, donde se ha confabulado la envidia y el poder mediocre comunistón-burgués. El Encuentro siempre tuvo como objetivo acercar a los exiliados al castrismo, y para colmo, ganar dinero con semejante mierda. ¡Puaf!
(Correspondiente, mío... Blog Zoé Valdés, mayo 2009)
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