Claro está, señores, que un verdadero crítico jamás se produce en esa forma. Constantemente oímos en Ventura Pascual Ferrer la frase “garrote”, “garrotazo”, y desgraciadamente esta crítica ha tenido continuadores en la crítica de Valbuena, de Leopoldo Alas, de Emilio Bobadilla, que era la crítica de gazapos y faltas gramaticales. Porque en realidad cuando un poeta tiene esos gazapos, pues hay que tolerarlo, porque la gran poesía no sabe de la gramática y la gramática sí sabe de la gran poesía. Podemos observar, por ejemplo, que si revisamos algún texto de Bobadilla se muestra siempre frenético en contra de Rubén Darío, y a muchos poetastros de su época los disculpa. En realidad, cuando se llega a esas alturas ya no hay gazapos ni hay faltas gramaticales.
(Fascinación de la memoria. Letras Cubanas, 1993)
No comments:
Post a Comment