Thursday, March 26, 2015

Iván de la Nuez sobre Norberto Fuentes y sus “Dulces guerreros cubanos”

El libro se inscribe dentro de una eclosión de memorias cubanas, posteriores a la brecha abierta por Reinaldo Arenas, y a la que han continuado —desde diversas experiencias con respecto al poder— escritores como Eliseo Alberto, Juan Abreu, o Lisandro Otero, o protagonistas directos de la guerrilla y otros actos armados (como Benigno, sobreviviente del grupo del Che en Bolivia, y Jorge Masetti). Norberto Fuentes podría leerse como una mezcla de estas dos variantes, dado que se trata de un escritor que además está inmerso en actos de espionaje desde los que narra, y a veces comparte, las batallas de sus admirados guerreros. A diferencia de Benigno o Masetti, Fuentes es un escritor bregado. Y a diferencia de ellos, no hay en Fuentes acto alguno de contrición o autocrítica. Él no parece reprobar la pena de muerte sino la pena de muerte de sus amigos.
   Así como no se decepciona de la Revolución hasta que su grupo no pierde el poder y, en varios casos, la vida. Al respecto, basta ver una foto del autor armado, frente a un angolano de la UNITA, y a pie de página se nos dice —sin el menor remordimiento— que éste pronto será ejecutado. ¿Por el propio autor? La literatura latinoamericana tiene el dudoso honor de haber construido un género literario llamado la novela del dictador.
   Algo de esta fascinación aparece en Fuentes, quien, implícitamente, posee una admiración desmedida hacia el prototipo del caudillo. Al punto de que la grandeza de estos soldados cubanos es medida aquí por el hecho de que sólo pueden ser derrotados por el más grande de todos: Fidel Castro. Este libro —narrado, eso sí, con la pericia de
un escritor dotado y un periodista curtido— es otro puntillazo a un país del que hoy se ha hecho rentable su desplome.
   Y parece anunciarnos que además del glamour tropical de sus palmeras, sus mulatas y la salsa, ahora también podemos disfrutar el de sus generales.

(Todos los hombres del escritor. Encuentro de la cultura cubana, Nos. 16/17, primavera-verano, 2000)

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