La XXVIII Feria del Libro de Miami terminó para mí, lamento decirlo, en el más completo desencanto. La tan anticipada presentación de El caso PM: cine, poder y censura, de Orlando Jiménez Leal y Manuel Zayas, publicado por la Editorial Colibrí, tuvo lugar sin que los libros hubiesen arribado de España. Para colmo de males, los organizadores se habían negado a pagar los doscientos dólares que costaba el pasaje de Zayas desde Nueva York (aunque esto no me consta), así que ni hubo libros, ni estuvo presente el compilador de los materiales del tomo conmemorativo. Afortunadamente, Fausto Canel tomó el lugar de Zayas, y la tarde transcurrió sin otros contratiempos.
Pero ya de salida me acerqué al kiosco de la Editorial Colibrí, donde había un solitario ejemplar de El caso PM, y revisé el índice en busca de mi ensayo. El título del trabajo que escribí para ese libro por encargo de los editores, es (o mejor, fue) PM: post mortem, en referencia al hecho de que la Cuba que vemos en pantalla es una occisa y PM, de alguna manera, fue su monumento funerario. Cuál no sería mi sorpresa —y mi indignación— al leer, en lugar de mi título, otro inventado por sabe dios quién: Post Modern, sin PM y sin dos puntos. Esa ridícula y absurda palabreja equivale, justamente, a lo contrario de lo que quise decir en mi ensayo. Pido encarecidamente a los lectores del libro, ya que no existe otra manera de subsanar el error, que tomen un marcador negro, tachen el título falso, y escriban encima, con letras de grafitero indignado, el título correcto.
(Feria del Libro de Miami: revelaciones y fiascos, Diario de Cuba, noviembre 2012)
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