Recientemente Yoss se sumó al coro de las 8 escritoras cubanas que, en un rapto de oportunismo, apoyaron el encarcelamiento de Ángel Santiesteban. Con absoluto descaro, en un mismo párrafo, difama dos veces al convicto: primero se hace pasar por su amigo y luego, sin la más mínima prueba, asegura que es culpable.
Ángel Santiesteban siempre se comportó conmigo como si fuera un hermano mayor. Con él aprendí muchas de esas reglas no escritas que te enseñan a ser un hombre bueno y actuar como tal. A pesar de su proverbial nobleza, Ángel es intransigente en esas cosas. Lástima que a Yoss le faltara esa figura en su vida, que no tuviera quien le inculcara esas convicciones.
Como sé que muchos de los que me leen no le conocen, les resumo al personaje: José Miguel Sánchez Gómez nació en La Habana en 1969. A partir de una fecha imprecisa se disfrazó de Yoss para dedicarse a la literatura, oficio en el que ha logrado algunos aciertos. Como individuo, ha mostrado una resistencia inusual a la idea de hacerse adulto.
Ese trauma, sospecho, es el culpable de que haya hecho lo que hizo. Insisto, no es que sea un miserable, es que aún no sabe ser de otra manera.
(Yoss sigue sin querer crecer. Blog El Fogonero, marzo 2013)
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